Salud y bienestar

El Infarto… riesgo y prevención

Estimados amigos lectores, el corazón como órgano vital es tan importante como el cerebro ya que podemos seguir vivos y activos si nos falta un brazo, una pierna, o tuviéramos fallas a nivel de riñones o de hígado. En el caso del corazón que es un órgano tan delicado y preciso en su función, puede llegar el momento que se vuelva tan insuficiente o tan dañado que puede ser no compatible con la vida como sería el caso de una persona que por sus condiciones o factores predisponentes puede llegar a sufrir un infarto agudo de miocardio y desafortunadamente pudiera fallecer en forma súbita y prácticamente sin posibilidades de lograr una supervivencia aunque estuviera junto a la ambulancia más veloz de la ciudad o estuviera dentro del mejor hospital con los mejores médicos. Para fines prácticos debemos entender muy bien qué es el corazón, maravilloso órgano que lo porta el ser humano y todos los animales vertebrados en general. Se le considera a este órgano como elemento primordial del sistema circulatorio, es un potente musculo que tiene la capacidad de funcionar como si fuera una bomba que aspira e impulsa la sangre dentro del aparato circulatorio para que esta pueda realizar su función en todos los niveles de nuestro organismo, ya que la sangre que es el vital líquido que llegará a todos los espacios, regiones o rincones de nuestro sistema, la sangre en sí contiene una población celular tan importante para la función de nuestro organismo, esta se produce en la médula ósea y la conforman principalmente los glóbulos rojos, que son portadores de la hemoglobina, cuya principal función es la de transportar el oxígeno a todos los tejidos y órganos, además se producen los leucocitos que son los encargados de participar en la defensa del organismo para que nos protejan de procesos infecciosos ya que forman parte del sistema inmune, las plaquetas, pequeños fragmentos celulares y que es el producto biológico del fraccionamiento de sus precursores llamados megacariocitos, estas plaquetas circulan por todo el sistema cardiovascular en forma no activa pero siempre listas para que en caso de ser necesario participen junto con los factores plasmáticos de la coagulación y los vasos sanguíneos (venas, arterias, capilares, etc.) teniendo la misión en conjunto de lograr la hemostasia o detención de cualquier sangrado, por lo que este maravilloso tejido celular de nuestro organismo es impulsado por todo el sistema cardiovascular a través de la sístole y la diástole del organismo cardiaco. El corazón como órgano musculoso tiene el tamaño equivalente del puño de nuestro cuerpo y tiene un peso de 250 a 350 gramos y se encuentra localizado dentro del tórax, junto a los pulmones. Existen múltiples causas y factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de un infarto, estos factores algunos son no modificables como serían los hereditarios, la edad de las personas y el antecedente de haber padecido algunas enfermedades concomitantes además de los factores que pueden modificarse  para reducir el riesgo de la aparición de condiciones que desemboquen en un infarto. Todo mundo sabe que existen múltiples factores como serían la edad, ya que a medida que tenemos más años tenemos más riesgo de una enfermedad coronaria, en el caso del género los hombres tienen hasta tres veces más posibilidades que las mujeres de sufrir un infarto.

Quienes tienen el hábito del tabaco (fumar) van a tener como consecuencia que el tóxico químico de este producto favorece para que las arterias del corazón (coronarias) disminuyen su calibre y se dañan en su delicada estructura anatómica interna convirtiendo a estas personas en seres más vulnerables si los comparamos con los no fumadores y un ejemplo de este caso son aquellas personas que fuman más de 20 cigarros al día tienen hasta un 90% más de probabilidades para desarrollar una enfermedad coronaria y un infarto. También es importante mantener un hábito nutricional saludable, para mantener los niveles de colesterol y de los triglicéridos bajos y aumentando los niveles del colesterol de alta densidad (colesterol bueno) que protege a estas personas rechazando o evitando que los oros colesteroles y triglicéridos se peguen en las paredes de los vasos sanguíneos y así se logra una mejor circulación a nivel cardiaca. El ejercicio es también un buen factor que nos permite mantener riesgos bajos de tener un infarto y simultáneamente también nos permite mantener un peso equilibrado y no tener tendencia a la obesidad ya que una persona sedentaria es más fácil que tenga sobrepeso y el corazón con más riesgo. Estos riesgos siempre estarán en forma estrecha ligados a un posible infarto. Los pacientes portadores de diabetes también son susceptibles de que sus arterias coronarias se dañen más fácilmente aumentando con esto la posibilidad de infartos. Se debe hacer hincapié también que las personas que tienen el hábito de consumir drogas tipo crack, cocaína, anfetaminas, etc. favorecerán a que sus arterias coronarias reduzcan su calibre y faciliten con esto la aparición de un infarto. Por lo tanto insistimos en estos factores; sedentarismo, tabaquismo, hipertensión arterial, obesidad y niveles elevados de colesterol y triglicéridos, por lo tanto el presente artículo tiene como principal objetivo una reeducación en salud para que se disminuya la incidencia de infartos, simplemente cambiando el estilo de vida de cada persona. Cualquier duda o comentario lo invitamos a que se comunique con nosotros al teléfono (322) 293 6161 o al correo drmorales2019@gmail.com.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *